Te extraño
te llamo
te escucho
corto
desciende el ansia
que bueno que
siempre estés del otro lado
aunque también
que lastima que
siempre estés
del otro lado
y no
de este.
Meriendo planes
de fin de semana
los degusto gratamente
y después
como las migas
de lunes
de martes
de miércoles
y nuevamente
al azúcar de jueves
de viernes
y la merienda
en que degusto
los planes de fin de semana.
Quiero darte la mano
y sacarte de paseo
no, no estoy queriendo nada más
que darte la mano
y sacarte de paseo
y me molesta
terriblemente
que siempre creas que uno no puede
simplemente
darte la mano.
Las plazas
reclaman
tu aliento infantil fatigado
la arena
quiere taparte
y retenerte
para que nunca dejes
de ser
la amiga de domingo
con gusto a té
que siempre fuiste
y por suerte nunca dejaste de ser.
Colores se agolpan en la puerta
tocan timbre y esperan
colores debajo de mis uñas
quieren ser más que colores
mancha expansible
nuevos colores
entidades propias con movimiento
y direcciones propias
con fundamento.
Hay veces en que
las cosas me miran fijo
y me dicen
“soy esto que ves
y a la vez no soy esto que ves
sino otra cosa que estás viendo
pero te cuesta no rellenar
con otras cosas que viste”
y yo sin inmutarme les contesto
“no deberías hablarme a esta hora,
deberíamos dormir,
vos, yo, lo que sos, lo que soy,
y lo que creemos que somos”
entonces pronto
(a veces más, a veces menos pronto)
materia y sustancia roncan la noche.
Cuando nos despertamos
siempre ya somos otra cosa,
me despierto pared y le hablo a la que duerme.